Conocé el porcentaje de incapacidad que establece el Baremo y calculá tu indemnización.
La tibia y el peroné son los dos huesos largos que tenés en la parte baja de la pierna, entre la rodilla y el tobillo. Aunque están juntos, cumplen funciones diferentes:
Tibia: es el hueso más grande y el que soporta la mayor parte del peso del cuerpo. Está ubicado en la parte interna de la pierna.
Peroné: es más delgado, va por el lado externo y ayuda a estabilizar la pierna y controlar los movimientos del tobillo.
Cuando se fractura alguno de estos huesos (o los dos), las consecuencias pueden ser leves o graves, según el tipo de fractura y si hay desplazamiento.
En los casos sin desplazamiento, suele bastar con reposo e inmovilización. Pero si los fragmentos se movieron de lugar, casi siempre se necesita cirugía para volver a alinear el hueso.
📌 En fracturas más complejas, puede aparecer lo que se conoce como pseudoartrosis, que ocurre cuando el hueso no suelda correctamente, queda inestable y no se consolida bien. Esto genera dolor, limitaciones y, en algunos casos, secuelas permanentes.
Al momento de iniciar un reclamo por accidente laboral ante la ART, es fundamental contar con un abogado especializado en el tema. Este profesional, junto con un médico de parte, te va a ayudar a determinar el porcentaje de incapacidad que dejó la lesión una vez que recibís el alta médica.
Ese porcentaje no es algo arbitrario: está regulado por el baremo legal de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), que otorga un rango de incapacidad según la gravedad de cada secuela.
📊 A continuación, te detallamos algunos ejemplos de lesiones en tibia y peroné y el porcentaje de incapacidad que suele reconocerse:
A continuación te explicamos los porcentajes que establece la TABLA DE EVALUACIÓN DE INCAPACIDADES LABORALES (LEY 24.557) para cada una de las lesiones, tanto para fracturas como para los distintos casos de pseudoartrosis:
Lesión en el hueso delgado de la pierna, pero sin que los fragmentos se hayan movido. Generalmente se trata con reposo y férula.
Fractura en la parte media de la tibia, sin desalineación. A pesar de no requerir cirugía, puede dejar molestias al caminar o apoyar peso.
Los huesos soldaron correctamente, pero pueden quedar limitaciones leves al hacer fuerza o caminar largas distancias.
Aunque cicatrizó, el hueso quedó torcido o desviado. Puede generar alteraciones al caminar y sobrecarga en otras articulaciones.
Afecta la parte superior de la tibia, donde se articula con la rodilla. Deja secuelas en el movimiento y suele causar dolor persistente.
El peroné no se consolidó bien. Aunque no soporta peso, puede generar inestabilidad en el tobillo y molestias permanentes.
Fractura en la parte baja del peroné, cercana al tobillo. Aunque es leve, puede afectar el movimiento o causar dolor crónico.
Fractura a la altura de la sindesmosis (unión entre tibia y peroné). A veces requiere cirugía para estabilizar la zona.
Cuando una cirugía en la parte superior de la tibia no cicatriza bien. Es una complicación grave.
Cuando ambos huesos quedan mal consolidados, el impacto funcional es alto. Puede requerir cirugía reconstructiva.
La indemnización que te corresponde va a depender del porcentaje de incapacidad con el que quedes después del tratamiento y al momento del alta médica.
Si ya tenés estos datos, podés hacer un cálculo aproximado en nuestra calculadora de indemnización y pedir nuestro asesoramiento legal gratuito.
El servicio de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo no está disponible en este momento.
Intentá nuevamente en unos minutos desde la web oficial de la SRT